Por estas razones Israel es el país que mejor enfrenta la pandemia

 
Por estas razones Israel es el país que mejor enfrenta la pandemia
Ya no obliga a usar mascarillas en espacios abiertos y quiere alcanzar una protección de «rebaño» en el futuro cercano.

Israel ha tenido cuatro elecciones generales en dos años y medio, la última en pandemia, y posiblemente haya otra por falta de acuerdos. Sin embargo, esta falta de gobernabilidad óptima no ha sido impedimento para que se convierta en ejemplo de la lucha contra el coronavirus.

Desde el domingo ya no se obliga a sus habitantes a usar mascarilla en espacios abiertos, gracias a que más de la mitad de su población (son 9,2 millones de habitantes) ya ha recibido dos dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, según el Ministerio de Salud.

Esto se da tras el fin gradual del tercer confinamiento a comienzos de febrero.

Ahora, con una reapertura casi total y un ambiente que recuerda a los tiempos previos a la pandemia, muchos israelíes salieron a la calle sin la mascarilla, con el optimismo de sentir que siguen dejando atrás la pandemia tras una veloz vacunación que bajó la morbilidad. Pero las mascarillas no desaparecen por completo: todavía son obligatorias en espacios interiores, y Sanidad recomienda usarlas también en grandes reuniones o zonas concurridas en áreas exteriores, informa AFP.

Podrían también dejar de usarse en estos espacios a finales de mayo si todo sigue según lo planeado, dijeron fuentes del Ministerio de Sanidad.

“Salí de casa sin la mascarilla puesta, pero al cabo de poco me la volví a poner porque me sentía raro, como si estuviera desnudo”, explicó Tuval Wolf, un joven israelí que caminaba por una calle peatonal de la Ciudad Santa con boca y nariz tapadas.

Para otros como Yoav Menuhin, estudiante de 23 años, salir al aire libre y “respirar sin el filtro de la mascarilla” fue “liberador” e incluso “emocionante”, todo un símbolo de “optimismo”. Sin embargo, consideró que la población debe ser “cautelosa” y no olvidarse de ponerse la mascarilla en interiores, ya que “aún no está claro si las vacunas inmunizan” ante nuevas variantes del virus que podrían cambiar la situación y aumentar la morbilidad.

“El gran reto es llevar la mascarilla en el bolsillo y ponérsela cada vez que se llega a un lugar cerrado o concurrido”, dijo ayer a EFE el coordinador nacional de la pandemia, Nachman Ash, que alertó que el país aún no alcanzó la inmunización colectiva pese a sus progresos.

La vacunación —una de las más rápidas del mundo— hizo caer en gran medida los contagios, fallecidos y pacientes en estado grave. En este momento solo hay unos dos centenares de hospitalizados en condición crítica, y los enfermos activos son poco más de 2.500.

Los contagios diarios también se han reducido: el sábado se detectaron solo 85 casos nuevos, con un porcentaje de positivos del 0,8%, una cifra muy baja en comparación con el pico de más de 10.000 infecciones en 24 horas que el país registró a finales de enero.

Ya no obliga a usar mascarillas en espacios abiertos y quiere alcanzar una protección de «rebaño» en el futuro cercano.

Aun así, Ash advirtió que todavía no se puede cantar victoria: aún falta llegar “al 75% de población inoculada y/o recuperada” para conseguir la anhelada “inmunización de rebaño”.

Esto puede ser un problema, porque dentro del porcentaje que falta están los que se resisten a vacunarse, que se calculan en un millón.

En tanto, los negocios de todo tipo se van llenando luego de vivir tres cierres en los últimos doce meses.

También se espera que en mayo puedan ya entrar grupos de turistas al país.

De acuerdo con el Instituto Tecnológico Technion en Israel, el avance se da porque la vacuna no solo ayuda a los vacunados sino también a los que no la tienen, una especie de protección cruzada. Además, están estudiando los infrecuentes casos en vacunados con una dosis que se han contagiado y han visto que la carga viral de estos es cuatro veces menor que la de un no inmunizado. También indican que el vacunar a los adultos implica una protección indirecta a los niños, que aún no son parte del plan de vacunación.

Ya no obliga a usar mascarillas en espacios abiertos y quiere alcanzar una protección de «rebaño» en el futuro cercano.

Colaboración con Pfizer

Israel fue uno de los primeros países en probar la vacuna de Pfizer, y su nivel económico también le permitió comprometer grandes lotes de vacunas. También la capacidad de logística para los más de 400 puntos de vacunación y el tener un sistema de salud que registra electrónicamente los datos de cada persona han sido factores para el rápido avance.

Mientras, el pasado viernes Israel detectó siete casos de la cepa del virus detectada inicialmente en India, de la que aún se tiene poco conocimiento. Las autoridades investigan ahora si la mutación es resistente o no a la vacuna y el grado de contagio que podría suponer.

“Si no nos enfrentamos a una sorpresa con variantes (de coronavirus) que la vacuna no combate, estamos en condiciones de vacunar a toda la población, tanto adultos como niños”, afirmó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Esto luego de conocerse que Israel firmó este lunes un contrato con el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer que le permite obtener, una vez más, millones de dosis de su vacuna contra el COVID-19.

El país y la empresa han digitalizado los datos sanitarios de toda su población; proporcionan al laboratorio información sobre los efectos de la inoculación. Además, según el director de Sanidad de Israel, Hezi Levy, el mundo sí necesitará una tercera dosis para la protección de nuevas variantes, haciendo eco de lo dicho por el director de Pfizer, Albert Bourla.

En general, Israel ha registrado 837.199 infecciones y 6.340 muertes, y ha visto una disminución de la epidemia desde hace varias semanas, con menos de 200 nuevos casos cotidianos, contra los más de 10.000 en el momento mas difícil de la crisis sanitaria. 

exposhowradio.com

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